"Emprendimiento & Fracaso" ¿Como Fallar gratis o barato?
Emprendimiento & Fracaso
Si Emprendes y Fracasas ¿Como Fallar gratis o barato?
Columna de Juan Pablo Ramoneda
Aunque
frecuentemente escuchamos el consejo que en un emprendimiento es
importante fallar gratis, o por lo menos muy barato, muchos
emprendedores no lo hacen. Es por esto, que es necesario
comentar la importancia del beneficio de que nuestros posibles clientes
nos digan que la idea no es tan maestra como creíamos, versus al lanzamiento de un producto o servicio con ventas inferiores a nuestras expectativas.La importancia de fallar radica en el aprendizaje de los errores para que, al reemprender, se logre un mejor proyecto.
La primera forma de fracasar es entender,
antes de invertir dinero, que nuestra “idea maestra” no es tan buena
para el resto de las personas, o por lo menos no están dispuestas a
pagar por ella. Esta es, a mi juicio, la mejor manera de darse cuenta
que nos equivocamos. Es decir, este es el camino para fallar gratis, o
por lo menos muy barato.
La segunda forma que tenemos de fracasar es creer ciegamente en nuestra “idea maestra”,
llevarla a mercado rápidamente (a veces con el miedo de que alguien
también se le ocurra y la materialice antes que nosotros) y encontrarnos
con la cruda realidad de que nuestro producto, ya elaborado, no es bien
recibido por el cliente y no logra las ventas esperadas.
Una de las grandes diferencias que tienen
estas dos maneras de fracasar, es que la segunda nos consumirá muchos
recursos, porque ya tendremos nuestro producto realizado, implicando un
gasto de dinero y tiempo en el proceso, lo que hace más dura la caída.
En cambio, la primera forma nos ayudará a aprender la lección de la importancia de conocer a nuestros clientes y sus necesidades, lo que de seguro nos servirá en nuestro próximo proyecto.
Es así como el camino para fallar
gratis o barato apunta a detectar las necesidades de los consumidores
para catalogarlos como verdaderas oportunidades. Adicionalmente
se requiere validar constantemente con el cliente nuestras soluciones,
pues el camino para fallar gratis no es sólo detectar las oportunidades,
sino también validar la solución con el cliente.
Es importante entender que no siempre algo que nos parezca una buena idea, es un buen proyecto de emprendimiento,
pues los clientes se sentirán conquistados si realmente nuestra
propuesta de valor ofrece solución a un problema para ellos. Las buenas
ideas no logran convertirse en buenos negocios, son las necesidades de
los clientes las verdaderas oportunidades.
Aquí radica la importancia de entender bien al cliente, necesitamos conocer sus experiencias en torno a lo que proponemos solucionar.
Son vitales las conversaciones con aquel segmento de mercado, pues en
sus relatos será donde encontraremos los problemas para solucionar y,
probablemente, con ellos mismos validemos esas soluciones que
progresivamente vayamos encontrando.
Cuando ya identifiquemos los problemas,
tendremos que pensar en la mejor manera de resolverlos y, seguramente,
al primer intento no acertemos, sino que tendremos que ir nuevamente
donde los clientes a validar nuestras propuestas de solución. Tras cambiar una y otra vez nuestras ideas, será el cliente el que nos indicará cuando hayamos dado con la definitiva.
De esta manera, crear la solución y salir al mercado será más seguro.
Además de las conclusiones que se pueden recoger tras conocer a nuestros
clientes y usuarios, todo tipo de observación es útil para mejorar los
emprendimientos. Sin embargo, observo frecuentemente que los emprendedores no quieren contar sus proyectos, principalmente por miedo a que les roben su “idea maestra”.
El emprendedor tiene que entender que existen más posibilidades que al
contar su proyecto alguien les dé un buen consejo, el contacto de
alguien, o una nueva idea, que les copien el proyecto.
También se debe considerar, que si
alguien quisiera robar esa idea -para llegar al mismo punto de avance
donde está el emprendedor- tendría que destinar, como mínimo, los mismos
meses que el autor ha invertido. Por lo tanto, posee una
ventaja en tiempo y, si ha logrado conversar con sus potenciales
clientes, también en conocimiento de su mercado objetivo.
Por último, es importante darse cuenta que hay una línea muy delgada entre ser persistente y testarudo.
El emprendedor se enamora fácilmente de su proyecto y siempre buscará
la manera de llevarlo al mercado porque está seguro que es una gran
idea. No se enamoren de sus ideas, enamórense del cliente. Son los problemas de ellos los que tienes que solucionar y ellos serán los que retribuirán lo invertido.
FUENTE: "Emprendimiento & Fracaso: Intentar Fallar gratis o por lo menos barato" Por Juan Pablo Ramoneda via Innovacion.cl (CC BY)
Ingeniero de proyectos Emprende Claro y Centro de Innovación, Emprendimiento y Tecnología de la UAI.
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